miércoles, 31 de marzo de 2010

Detrás de la corrupción

Pablo Bonaparte en P/12

Las charlas de café nos revelan conocimientos que tomamos por ciertos aunque disten de todo rigor. Una de estas charlas comenzó cuando el Dani le espetó al Rafa “Pero, che... parece que si no es San Martín en su caballo blanco, no seguís a nadie”. “Ojo al palo” contestó sereno el Rafa, “ni yo ni ninguno de esta mesa lo hubiera seguido si supieran lo que sé”. Todos le dirigimos una mirada de sorna pero su postura y sonrisa suficiente nos indicaron que podíamos estar ante la presencia de una de esas revelaciones que nos marcan en la vida, como que los Reyes no existen o los papás tienen sexo.

“Es así”, reafirmó el Rafa. “Tuve acceso a un documento de la época... la carta de un soldado, José Félix Gallardo, que publicó un diario de Buenos Aires, que nos devela la verdad de las intenciones sanmartinianas”

Ahí volvió a aparecer un silencio interminable, que generó el propio Rafa, para comprobar cuán enganchados estábamos. “La carta es larguísima y cuenta que el tipo se había enrolado en los granaderos porque le gustaban los caballos, pero parece que nunca terminó de tragarse a San Martín por el acento gallego que traía. Imaginate lo que debe haber sido. Poner tu vida a las órdenes de uno que había servido al enemigo y con honores. Pero bue... parece que se la bancó y hasta había empezado a creerle cuando pelearon en San Lorenzo. Pero lo que terminó finalmente por convencerlo de la traición fue que en vez de dar batalla en el Norte, como todos, se rajó para el Sur... y se la pasó haciendo caja diciendo que era para hacer un ejército de liberación... escuchen ésta, ¡jerarquizó a españoles que habían luchado contra ellos en San Lorenzo y a los chilenos!

Pero esto no es todo. El tipo se enteró de una serie de negociados tremendos con frazadas, víveres y qué sé yo cuántas cosas más, todos los días tenían a una madre que se quejaba por los soldados que violaban a sus hijas. Imaginate la sensación de inseguridad que debía tener esa gente... porque el ejército trucho de San Martín estaba lleno de negros y gente pobre sin ninguna cultura. El aguatero era un vago bárbaro. Sacaba el agua de cualquier lado para no moverse hasta los manantiales y por eso a éste le agarró una colitis que ni te cuento.

Un día parece que le tocó ser edecán y acompañar a San Martín a una fiesta de la gente de sociedad. Ahí se dio cuenta del verdadero propósito del general. Sólo quería guita, era un vendido, un traidor. El tipo con el cuento del cruce de los Andes se estaba forrando y permitiendo que las fuerzas españolas se fortalecieran en el Norte. Se ve que uno de la fiesta vio la cara de indignación que el soldado tenía y se acercó a hablarle. Ahí fue que le sugirió que no se callara, que él le pagaba el viaje a Buenos Aires o mandaba una carta para que todo el mundo se enterara de quién era en verdad San Martín. Decí que en esa época no había los medios de comunicación que hay ahora.” “¡Pero, che! –protestamos todos–, San Martín cruzó los Andes y liberó a medio continente.” “Bueno... pero era corrupto.”

Una de las facetas de la comunicación de masas moderna es reducir los procesos histórico-sociales a decisiones personales. Por otro lado, la naturalización que los medios realizan de la política como el ámbito de la mezquindad y el latrocinio hace imposible cualquier discurso que incorpore en ellos proyectos colectivos que no sean asociaciones ilícitas.

Dentro de este marco, algunos se constituyen en paladines del honor que los medios construyen y destituyen todo el tiempo en una lucha infinita por “cazar” o “desenmascarar” a corruptos que no se relacionen, claro está, con sus anunciantes o ellos mismos. Tanta saña en la denuncia denota un interés específico: impedir la discusión de un proyecto de futuro. Con el tiempo fui descubriendo en este caso que la denuncia no tiene que ver con la falsedad o la verdad de las acusaciones, sino con la inmovilización que provoca, y cuando ya no podemos movernos y nuestra prisión resulta insoportable, pateamos el tablero.

Detrás de la corrupción hay una madre, que denuncia a su hija con vehemencia, para que ésta pueda crecer fuerte y sana. Porque lo único que puede controlar a madre e hija es un pueblo que se incorpora a la historia.

Si a pesar de sus temores ese granadero cruzó los Andes, pudo constatarlo. Y si fue de los pocos que volvieron a pie de Ayacucho, hubiera descubierto que habían disuelto su Regimiento y desconocido su lucha por un decreto firmado con la misma tinta con que publicaron su carta.

jueves, 25 de marzo de 2010

Otra Lectura de la Plaza del 24


Conversando con algunos amigos, hicimos algunas lecturas de lo sucedido ayer en la Plaza de Mayo en ocasión de conmemorarse el aniversario del Golpe de Estado del ’76. Desde ya, están lejos de agotar las diferentes lecturas que se pueden hacer del fenómeno, pero quiero tirarlas sobre la mesa porque no las vi reflejadas en otra parte.

Al efecto, tengamos presente los siguientes datos: a) No se conmemoraba un número redondo de años, sino el 34 aniversario; b) Estas conmemoraciones congregan habitualmente entre 5 y 10 mil personas; c) Hoy, nada menos que Clarín, a través de su versión gratuita en papel “La Razón”, estimó en “más de 40 mil” la concurrencia a la plaza. O sea, hubo más adhesión en un día que en los 5-10 años previos sumados en un día único. d) El componente “aparato” no debe de haber excedido el 20%-30% de la Plaza, siendo en su gran mayoría clase media-media y, sorpresivamente, un número no despreciable de “sub-40's”. Es decir, el componente distintivo de la plaza de ayer fue la presencia masiva de la clase media, lo que no es de lo más frecuente.

La pregunta que me quedó picando entonces, tomando en cuenta los antecedentes mencionados, fue ¿De dónde salieron 40-50 mil personas, cuando lo habitual es un 10-20% de esta cifra? ¿Quénes son los que se “agregaron” a esta conmemoración en particular, y que no estaban en las anteriores?

La primer lectura que hago sobre el número y su composición es que la visión que tenemos sobre nosotros mismos es la que nos devuelven los medios: indolente, no comprometida, banal, autorreferencial, hedonista. Y a mi entender, lo que mostró ayer la plaza era otra cosa. Mostró que, al menos por una vez, y ante el riesgo cierto de perder lo avanzado desde el 2001 en manos de unos monos con navaja, finalmente nosotros, la clase media-media, tiramos al carajo el control remoto y finalmente movimos el culo para ponerle el cuerpo al gobierno que con sus más y sus menos la viene remando mejor de lo que muchos esperaban y de la que los mogopolios deseaban. Es decir, fue una Plaza de "Derechos Humanos y algo más".

En otro orden de cosas, se me ocurre que debieran estar sonado alarmas de todos los colores en quienes hasta ahora tenían el monopolio de la movilización (léase PJ, "aparato" o como quiera llamársele), ya que un nuevo "aparato" de orden tecnológico (féisbuk, 678, internet) comenzó a mostrar que puede llegar a movilizar tanto como el sistema tradicional. Y que se pueden llenar plazas sin que "Mongo Pijorno Conducción" lo decida o transe con alguien. Es más, puede hacerlo incluso contra la voluntad de Mongo Pijorno, si las circunstancias en las que lo hace son las apropiadas y extremas como las de ayer.

Naturalmente, “juntar gente” inorgánicamente, a tontas y a locas, no sirve mucho más que para cortar una calle. Se requiere de una organización bastante más compleja que poner un cartelito en fbk para organizar, sincronizar, establecer consignas, en fin, para darle un sentido concreto y eficaz a las acciones. Pero señalo que el primer paso, el de convocar, ya no es monopolio de unos pocos, si las circunstancias lo ameritan. Hay algo más, que antes no había, que son conocidas como “redes sociales” y que hasta la fecha no habían logrado materializarse en movilización.

Es bueno que el gobierno tome nota de esto, y a partir de su constatación en la vida real, comience a formar cuadros a partir de esta “materia prima inorgánica”. Ya no hay excusas para no hacerlo.

PD: Después de mucho tiempo sin actualizar el blog, hoy publiqué otros dos posts, así que los invito a leerlos más abajo.

Tenga Su Verdad en Comodísimas Cuotas


Desde hace varios años vengo sosteniendo que el “Cuco” Bin Laden hace rato que está en el cielo con sus 20 vírgenes, no obstante lo cual, cada dos por tres aparecen grabaciones del difunto pronosticando las Siete Plagas de Egipto, y mechando datos de actualidad a efectos de darle visos de que aún se encuentra entre nosotros. Muchos de estos mensajes, “Certificados por la CIA”, claro.

Mantenerlo “vivo”, aunque más no sea en el imaginario popular, es un negocio pocas veces visto para el complejo militar industrial yanqui. Únicamente teniendo El Terror vivito y coleando pueden justificarse los gastos trillonarios en armamentos de todo el mundo. Si lo matan ¿Cómo hacen para seguir currando? Si ya lo hicieron ¿Cómo darlo a conocer sin que arda Troya?

En esta tarea ya casi de rutina se encontraban hoy Al Jazeera y su altoparlante occidental y cristiano el NYTimes, cuando al Fiscal General de los States, Eric Holder, se le ocurrió confesar que los Reyes Magos son, en realidad, los padres.

No dijo, claro, que de Bin Laden no se conserva ni el recuerdo. Dijo, en cambio, “que la cuestión de qué tipo de juicio afrontaría Osama Bin Laden no es relevante, ya que no será capturado vivo. "Seamos realistas", dijo un exasperado Holder. "La realidad es que cuando llegue el momento de leerle sus derechos se los leeremos a un cadáver. (...) [Bin Laden] Nunca comparecerá ante un juzgado estadounidense".”

Bueno, estemos atentos, porque en cualquier momento nos avisan que la tierra es redonda y nos agarran desprevenidos.

Pinocho, Condenado al Éxito


Según se rumorea, el viernes 19 de Marzo de 2010 a las 7,15, en un bar del Aeroparque metropolitano, estaban en el mismo local, pero en distintas mesas, el diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Fernando “pino” Solanas (Proyecto Sur) y el Diputado Nacional por Pablo Orsolini (UCR) quien a su vez es Vicepresidente de la Federación Agraria Argentina.

Un señor de gran altura, castaño claro y barba candado, vestido de traje negro y tiradores sosteniendo el pantalón, se acerca hasta la mesa en la que se encontraba el legislador de Proyecto Sur y le pregunta en forma muy respetuosa y casi tímidamente: “¿Señor, usted es Pino Solanas?”.A lo cual, el diputado contestó con una sonrisa diciendo, “Si yo soy Pino Solanas”.

De pronto el interlocutor perdió el aplomo y la cordura y arremetió en un elevadísimo tono de voz, diciendo “Judas, hijo de P……., sos un verdadero traidor a los progresistas que te votaron, no te da vergüenza, traicionar de esa manera, vas a Clarín para que te bajen línea, te dejas mangonear por Lilita Carrio, con tal que te aplaudan los oligarcas, que haces acá y no te vas a la mesa de al lado, para tomar café con tus amigos, los sojeros”, reclamaba el hombre.

Ante semejante ataque, el diputado de Proyecto Sur no atinaba a contestar, hasta que logro hilvanar una frase “Cállese la boca, irrespetuoso”, a lo cual el enardecido interpelante prosiguió diciendo “Hijo de P…., aparte de traidor, sos autoritario. Me querés hacer callar la boca, no te equivoques, actuando de esta manera, a cada paso, va a aparecer alguien pateándote, no me hicieron callar los milicos, me vas a hacer callar vos, obsecuente de los poderosos. Yo no te conozco de ahora, yo vengo de la “P””, dijo y prosiguió: “tenia razón Cacho “el Kadri”, cuando decía que armaste el Frente Grande solo para tener prensa, que lo único que querías era aparecer en las cámaras de TV, que tarde o temprano traicionarías al Peronismo. Esta la vas a pagar, la gente no se olvida de los traidores, y vos sos un gran traidor”, afirmó el enardecido hombre.

Ya en la disputa verbal, Solanas contesto: “Yo no soy de los que entregan la soberanía de la Patria, yo tengo principios”, disparó el legislador. Finalmente el señor alto, se retiró sin dejar de expresar a viva voz, frases referidas a la invocada “traición” de Solanas, quien quedo muy nervioso y expresando frases sin destino, porque el interlocutor ya se había retirado.

martes, 23 de marzo de 2010

jueves, 18 de marzo de 2010

Las Turbulencias Argentinas

Ricardo Forster / 16-03-2010

Las turbulencias y las sorpresas de los días argentinos siguen rompiendo pronósticos de diverso tipo y quebrando interpretaciones simplistas de una realidad que guarda dentro suyo mucha tela para cortar. Hasta el miércoles por la mañana nos acercábamos vertiginosamente al espejo hondureño; al caer la tarde los ánimos destituyentes de la oposición que había jugado sus fichas a ganador contra la presidenta del Banco Central mutaron en confusión y reproches mutuos.

Entre la noche del miércoles y la del viernes, recorriendo la distancia que separa Resistencia de Buenos Aires y la cancha de Ferro de la Plaza de Mayo, algunas cosas significativas sucedieron como para generar una cierta inflexión en una realidad descripta impiadosa y unilateralmente por los grandes medios de comunicación.

Por un lado, Néstor Kirchner reasumió sus funciones en el Partido Justicialista mostrando una clara voluntad de seguir siendo el eje vertebrador del peronismo de cara al 2011, abriéndose a una perspectiva frentista y como uno de los instrumentos imprescindibles para garantizar la gobernabilidad.

Por otro lado, fuimos testigos, el jueves al caer la tarde, de uno de los actos más intensos, multitudinarios y emblemáticos de los últimos años, un acto que vio de qué manera se hacían presentes los movimientos sociales próximos al kirchnerismo bajo la impresionante participación de miles y miles de jóvenes que venían a mostrarle a la sociedad cómo se va recreando tejido político y militante asociando, en un puente simbólico, aquel lejano 11 de marzo de 1973 y este marzo argentino atravesado por nuevas y viejas urgencias.

Y, finalmente, cómo de un modo espontáneo (siguiendo una llamada nacida de un facebook organizado en torno de los televidentes del programa 6,7,8, que se emite por Canal Siete) más de 10.000 personas, de esas que los movileros de los noticieros describirían como vecinos y vecinas de la ciudad –diferenciándolos de los oscuros piqueteros que vienen del suburbano negro y miserable– se movilizaron en defensa del Gobierno y para hacer visible que amplios sectores de la clase media no se sienten representados ni por la Mesa de Enlace ni por eso que los medios hegemónicos de comunicación denominan “opinión pública”.

Tres acontecimientos enlazados y distintos que marcan un giro en el interior de un tiempo nacional zigzagueante y espasmódico.

Primero la semana se inició con los preparativos opositores para lapidar a Mercedes Marcó del Pont, punto de partida de una ofensiva diseñada para arrinconar y debilitar al Gobierno y quitarle todos sus instrumentos para conducirlo hacia un callejón sin salida. Eufóricos, los principales dirigentes de la oposición, que ya venían empachados de la repartija antidemocrática de todas las comisiones del Senado y de diputados, que imaginaban una rápida derogación del DNU que anticiparía otro trámite exprés para transferir directamente el impuesto al cheque a las provincias, se prepararon y se acicalaron para, en una jornada que anticipaban como memorable (algo así como un nuevo 25 de Mayo de la república recuperada), darle el golpe de nocaut, vía el rechazo del pliego de Mercedes Marcó del Pont, al Poder Ejecutivo.

Se imaginaban, exultantes, que en el momento de juntar las mágicas 37 voluntades patrióticas todas las cámaras del país estarían grabando para la posteridad su hazaña republicana. Lo que no imaginaron fue, por un lado, la impecable defensa que la presidenta del Banco Central haría de su gestión señalando el fondo de la cuestión y desnudando las carencias de esa suerte de tienda de los milagros que es la oposición, y, por el otro, que serían incapaces de juntar ese número cabalístico ofreciendo, por el contrario, la imagen vergonzosa de utilizar aquellos mecanismos que previamente habían criticado –me refiero a no dar quórum– para, finalmente, lanzarse a un sinnúmero de acusaciones cruzadas entre quienes previamente se habían ofrecido como los garantes de una oposición unida.

Junto con este despiste lo que también apareció como una nota no menor dentro de los bruscos movimientos de la realidad y de sus principales actores, fueron las feroces críticas que desde la corporación mediática se lanzaron contra esa misma oposición a la que, desde hace un par de años, se venía alabando como la máxima expresión de las virtudes republicanas y democráticas frente a un oficialismo impresentable y autoritario. De la noche a la mañana, los periodistas “independientes”, esos que fijan doctrina y dan cátedra de calidad institucional, multiplicaron, como un coro desafinado, sus voces lapidarias contra aquellos que pasaron de ser “paladines de la democracia”, “dirigentes de la República”, “voceros de la genuina opinión pública”, a convertirse en “horrorosos ejemplos de la inoperancia”, en “impresentables demagogos de sus propios intereses”, en “operarios funcionales al oficialismo”.

Les faltó hablar de “la caja” para completar la colección de insultos con los que mostraron su desilusión hacia aquellos a los que habían inflado hasta hacerlos salir de la atmósfera terrestre. En un abrir y cerrar de ojos quedó en evidencia que esa suerte de tienda de los milagros llamada oposición no podía escapar a su incoherencia, a sus asimetrías y a su condición esperpéntica. Todavía los socialistas santafesinos (verdaderos herederos del puritanismo moral del calvinismo suizo) se están preguntando qué hacia el senador Giustiniani junto con Reutemann, Rodríguez Saá y Menem, o por qué dio su acuerdo para que una senadora del Opus Dei, recalcitrante reaccionaria, fuera nombrada al frente de la Comisión de Legislación. Las huestes radicales, al menos en sus planos dirigenciales, hace mucho tiempo que no se preguntan hacia dónde va ese partido que supo conocer épocas de raigambre popular y de ideas democráticas y que hoy funciona como correa de transmisión de intereses corporativos.

Tal vez lo más significativo de la semana, más allá de la consistente y sólida defensa que realizó Mercedes Marcó del Pont ante una junta inquisitorial que renunció ominosamente a formularle cualquier tipo de pregunta condenándola casi sin juicio previo, haya sido la recreación, bajo distintas características, de la participación popular cristalizada primero en el multitudinario y festivo acto organizado por el Movimiento Evita en Ferro y cerrado por la inesperada manifestación de apoyo al Gobierno que se reunió en Plaza de Mayo el viernes al caer la tarde y que mostró la imagen de varios miles de personas, de esas propias de la acuarela de clase media porteña, que fueron capaces de romper la matriz supuestamente antikirchnerista de esos mismos sectores que suelen presentar los medios de comunicación.

Algo pareció liberarse junto con la necesidad de aquellos que concurrieron a ambos actos de reconocerse en la experiencia plural y multitudinaria, esa que al ocupar democráticamente el espacio público renueva las posibilidades de lo político.

A veces, y eso no deja de ser sorprendente, la fragilidad, la sensación de acoso, el permanente hostigamiento que parece buscar la asfixia del Gobierno, termina por abrir los grifos de la participación de todos aquellos que se horrorizan ante los posibles “herederos” que se ofrecen al mejor postor corporativo y en nombre de lo peor del pasado reciente.

Por eso, y ésta no es una enseñanza menor, los efectos de la “debilidad” asumen la forma inesperada del entusiasmo movilizador. Algo de eso sucedió al inicio del conflicto por la 125; algo también volvió a repetirse después de la derrota del 28 de junio de 2009 y, bajo nuevas condiciones, emerge en estos días “destituyentes”. Mientras tanto seguiremos, semana tras semana, asistiendo a las turbulencias argentinas.